26.7.11

Evita x dos

NIÑOS PERONISTAS COMBATIENDO AL CAPITAL por Daniel Santoro


EVA PERON EN LA HOGUERA
(por Leonidas Lamborghini)
IX
 para mí los obreros:
en primer lugar. para mí los que estuvieron. los que cruzaron
viniendo. los que en columnas alegres. los que dispuestos.
los que a todo los que a morir. para mí los que en diagonales
avanzaron. los que hicieron callar. para mí los que todo el día
los que reclamaban. los que a gritos. los que encendieron:
los que hogueras.
para mí en primer lugar: todos los que: aquella noche.
para mí: todos los que antes.
todos los que ahora.
todos los que mañana.
todos los que: hogueras.
para mí los organizados. los obreros: ¡ellos son!
los que sostienen ¡ellos son!
todos los que antes todos los que ahora todos los que mañana.
el amor de mí.
la esperanza de mí.
para mí el pueblo: ¡ellos son!


6.6.11

Poemas calentitos

 
Mujer en fuego - Guayasamin

CUANDO ME BESES

Cuando me beses
mi cuerpo será un diluvio
un océano desbocado
y no pienso
construir un arca
que me salve
de ahogarme en vos

a las dudas y sus fantasmagorías,
a las expectativas que como sombras
se yerguen fabulando horizontes, 
a las máscaras,
a los embalsamados temores

28.5.11

Reflexiones domingueras o acerca del sentido de la vida


Cada vez creo más que la vida no tiene sentido. Tiene sentidosss...Sentidos que a veces descubrimos, otras perdemos, en el mejor de los casos, creamos a nuestra medida...Sirvan, a modo de ejemplo, dos textos que escribí hace ya un tiempo sobre este asunto. Ejercicios literarios, acaso también filosóficos, no exentos de ironía...

Decálogo de un suicida

1) El sentido de la vida humana es el resultado de su búsqueda infructuosa.

2) No se puede renunciar a la búsqueda del sentido de la vida humana. Esto es algo que los suicidas percibimos hasta el hartazgo.

3) No me suicido porque la vida humana carece de sentido, sino porque me cansé de buscar.

4) Ser un hombre es ser alguien que busca lo que jamás encontrará. En otras palabras: ser un hombre es ser un obstinado.

25.5.11

Beatriz Sarlo en 678: los intelectuales y la politica

Sin duda, la presencia de Beatriz Sarlo en el programa 678 fue muy interesante. No sólo por el rico intercambio de puntos de vista que allí se generó, sino sobre todo, por las diferentes discusiones que este luego suscitó en los diarios, en la web, en  la audiencia en general...

Entre las diversas lecturas que es posible hacer,  me interesa particularmente la que remite a un debate, que no por transitado, resulta menos necesario, como lo es aquel que problematiza la relación entre los intelectuales y la política. Creo que Sarlo y Forster representan dos modos distintos de concebirla y ponerla en práctica . Ambos, sin embargo, se inscriben dentro del campo de intelectuales progresistas

11.4.11

En defensa del mito político

     Al decir de Raymond Williams “los conceptos básicos, de los cuales partimos, dejan repentinamente de ser conceptos para convertirse en problemas; no problemas analíticos, sino movimientos históricos, que todavía no han sido resueltos (Williams, 1986, pág. 21). Sin duda, esto es así en el caso de un concepto como el de mito político, pues aún cuando, nació como concepto teórico a comienzos del siglo XX,  no resulta actualmente una noción de fácil abordaje. Sus usos están cargados de connotaciones valorativas muy fuertes, en las cuales muchas veces lo peyorativo, la tendencia a considerarlo un fenómeno anormal y a excluirlo como categoría de análisis político es lo que predomina.               

5.4.11

Acerca de la identidad

En oposición a lo que se cree, no somos los dueños de nuestra identidad. Mal que nos pese, ella no forma parte del inventario de nuestras posesiones; muy por  el contrario, es algo que siempre tomamos de prestado.
Sin embargo, ya desde la infancia nuestros progenitores se empeñan en hacernos creer que nuestra identidad habita en las profundidades de nuestro ser y nos exhortan, una y otra vez, a ser consecuentes con ella. Intuimos entonces, la paradoja que encierra semejante mandato, puesto que: ¿cómo es posible que algo que nos pertenece de un modo tan íntimo, sea mejor percibido desde afuera? ¿cómo es posible que los demás conozcan con nitidez quienes somos, mientras que a nosotros nos resulta tan difícil el hecho de conocernos?

4.4.11

Utopía de un escéptico (Borges y la política)


Borges: un compadrito

Lejos de dogmas y sistemas, Borges prefirió soñar al mundo antes que descifrarlo. Dotado de extraordinaria lucidez se valió de la belleza y del humor para pensar, de allí la deliberada falta de sentido común a la que apeló en reiteradas ocasiones.

Provocador nato, a su modo fue un compadrito, un intelectual que, lejos de sostener posiciones políticamente correctas, hizo de la controversia y la contradicción rasgos constantes en éstas.

¿A que se debió esto? es la pregunta que no pocos se hacen y a la que, generalmente, responden poniendo el acento en el esteticismo borgeano, es decir en la primacía que Borges otorgó a la forma por sobre el contenido. Considero que, aunque verosímil, esta respuesta es incompleta. Borges sostuvo una concepción política que, si bien armonizó con sus estrategias discursivas, se situó más allá de éstas. Sus apelaciones constantes al humor y a la provocación no tenían sólo un fin efectista, había en él una mirada de la realidad -sobre todo de la realidad política- esencialmente escéptica. Esto, sin embargo, no lo transformó en un pesimista o en un reaccionario como muchos creen; antes bien, acentuó en él el “anarco-individualismo pacifista” que su padre le había inculcado.